¿Sigue siendo una obligación el hecho de rodaje de un coche?

En el pasado, la compra de un coche nuevo iba acompañada de una fase de rodaje. Podría llevar un tiempo. No demasiado rápido, no demasiado alto de revoluciones, comprobación diaria de los niveles… Nada de deportividad. ¡Qué calvario! Hoy en día, los coches son mucho más resistentes y están mejor diseñados. Entonces, ¿el periodo de rodaje ha terminado por completo?

En primer lugar, recordemos con el concesionario de coches Sevilla Crestanevada cuál es el periodo de rodaje de un coche nuevo. Fue un período entre la compra y los primeros cientos de kilómetros recorridos, digamos hasta 1.000 km en el odómetro. La idea era conducir con una precaución casi exagerada para permitir que todas las piezas y engranajes encajaran bien, para sacar las marcas de mecanizado. Por otro lado, no someterse a este imperativo de paciencia y tener el pie pesado de entrada podría generar aún más fricción entre las piezas, deformarlas y aumentar el consumo de aceite. El rodaje. Correr en es una especie de calentamiento antes de empezar un maratón.

Cuidar su inversión

Gracias a la calidad de los materiales utilizados hoy en día, el rodaje, como lo llamaban nuestros padres y abuelos, ya no es necesario. Y también el cambio de aceite de 1.000 km. Sea cual sea el coche nuevo o incluso de segunda mano de bajo kilometraje que compres (menos de 100 km en el cuentakilómetros), podrás entrar en la autopista nada más salir del garaje y circular a 130 km/h. Una velocidad que es al menos el 75% de la velocidad máxima de cualquier coche (excepto los pequeños coches de ciudad). Las piezas son mejores. Las máquinas también lo son. Los trabajadores que realizan la conexión están mejor formados que nunca. Por eso el intervalo entre las visitas de servicio es más largo que antes. Desde cada 10 – 15.000 km en el pasado hasta 20 – 30.000 km en la actualidad, dependiendo del fabricante.

Sin embargo, el sentido común indica que hay que tener cuidado, no revolucionarla, y menos cuando está fría. Alrededor de 4.000 rpm para un motor diésel. 5.000 rpm para un coche de gasolina. La mayoría de los fabricantes dicen ahora que hay que tener cuidado durante los primeros cientos de kilómetros y que hay que consultar el manual de instrucciones sin hablar de rodaje. También es una buena idea comprobar el nivel de aceite (y de refrigerante) de tu coche cuando hayas alcanzado los 500 kilómetros. Ya sabes, el ejercicio de comprobar la varilla de nivel con un trapo, el nivel entre el mínimo y el máximo… algo que no hace mucha gente hoy en día, ¿verdad?

El rodaje no se limita al motor

Si es importante cuidar una mecánica nueva, también es aconsejable el rodaje de las pastillas de freno nuevas (tanto en un coche nuevo como en uno de sustitución), aumentando las distancias de frenado (y de reacción). Las recomendaciones de uso son de unos 150 km para los desplazamientos en ciudad. 500 km si se conduce más en autopista. Lo mismo ocurre con una caja de cambios manual. Es aconsejable pisar fuerte el embrague y tener cuidado al cambiar de marcha.